Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
sábado, 28 de julio de 2012
El camelo de la originalidad
Siempre quise decirlo, tenía que decirlo, me repetía a mí mismo a diario, voy a decirlo, me sugiere el yo interno, con su voz de enano sabelotodo. Ahí va, lo digo por fin: la originalidad se repite, como todas las cosas. Es curioso ver como las personas originales son muy parecidas entre ellas. Buscan lo nuevo cuando en realidad quieren decir lo mismo. Así que ser original es decir lo mismo pero de otra forma. Buscan también la sorpresa, lo sorprendente. Aunque no es nada original decir lo mismo, si lo haces sin que nadie te entienda puede llegar a ser sorprendente. Pero no es útil, ni sencillo, ni práctico. Todo esto hace que la originalidad aparezca de nuevo en algo que no lo era, que es decir lo mismo. Por tanto ser original es algo fluctuante, que va y viene, como el autobús de las cinco, que acaba volviendo siempre más tarde, y entonces ya no es original. Es y no es. Para ti sí, para mí no. Lo mismo me da y me da lo mismo. Yo soy original y también lo es mi mecanismo, tanto si cambio como si soy siempre el mismo. Puro camelo de originalidad.
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