Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
domingo, 8 de julio de 2012
Geranios secos
Las copas de los árboles cimbreadas por el viento parecen comentar el estado de las cosas. Hay un rumor, apenas perceptible, apagado por los chillidos de unos niños que discuten por un balón en la plaza, que asciende lentamente hasta mi terraza. Yo leo y mi perro juega con unos geranios secos. Le observo y veo como los mastica; son sus golosinas, su entretenimiento. Y pienso en qué cosas podrían ser mis geranios secos, mis pequeños placeres. El primero que me viene a la cabeza ocurre cuando me voy a dormir; una vez dentro de la cama y arropado, abrazo la almohada y noto como su frescor me habla. Y me dice que la felicidad consiste en coleccionar estos momentos y que, ahora mismo, en cualquier parte del mundo, hay otra persona abrazando a su almohada y soñando con alguien como yo. Y mi almohada afirma que, a lo mejor, no nos veamos nunca, pero que, por eso, el amor no dejará de existir. Suelto la almohada, salgo de la cama y me voy con mi perro a masticar geranios secos. Primero me mira sorprendido pero luego me sonríe. Vuelvo a la habitación y dejo un puñado de geranios secos encima de la almohada. Y pienso: todos contentos.
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