miércoles, 8 de mayo de 2013

Lo natural

Para empezar, no estar triste. Levantar la vista y, como sin querer, buscar en el horizonte la compenetración del mundo. Esperar, sin ninguna pretensión, hasta oír el silencio y la música del universo. La voluntad aporta el noventa por ciento de la felicidad; el otro diez por ciento, se consigue al compartirla. El corazón nos marca el ritmo y nuestra alegría, como es natural, debe crear la melodía. Poco a poco se irá generando un movimiento único, un baile vital, dulce y loco, divertido y atrevido, y, sobre todo, natural. Con la música y el baile de nuestra parte, sólo falta la pareja. La mente la proyecta, el corazón la esculpe, la esperanza la transporta y, como siempre, lo natural, a veces sencillo, a veces fenomenal, te recompensa con ese doble corazón que tu alma piensa. Para empezar, no estar triste.

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