sábado, 13 de diciembre de 2014

Cualquier día

Hoy es un día cualquiera. No hay nada concreto que celebrar, así que, como cualquier día, celebro de manera especial todo lo cotidiano. El perro corre, el pájaro canta, el sol sale y brilla, cualquier cosa me maravilla y, poco a poco, se genera en mí una sonrisa. Una sonrisa cualquiera, como el día, que me viste y me complementa, una sonrisa que me anima y me representa, una sonrisa que habla de mí y de la vida sin decir, sólo siendo, mostrándose, como una flor cuando se abre y sorprende, como una mariposa que aletea en el quieto paisaje, así es mi sonrisa. Hoy, un día cualquiera, la aventura me inunda, entre las líneas se desliza y se aposenta en mi fantasía donde unos ojos panorámicos le dan vida y conozco nuevos países pasando páginas, descubro misterios, resuelvo asesinatos, disfruto de amores de todos los colores y todos los formatos. Y también, como un día cualquiera, tengo momentos tranquilos y disfruto del sosiego palaciego de una siesta o de un cómodo asiento y una buena vista después de un relajado paseo donde busqué en las nubes las formas de mis sueños, los rostros conocidos del deseo, los mitos, los arcanos del destinos y los juegos de los niños. Hoy, como un día cualquiera, canté un poco, bailé un rato, hablé solo y en diálogo, con otros y monologando, olí flores y saludé con la mano, hoy pensé y soñé despierto, conté hormigas y comprendí los sueños de mis zapatos. Hoy, como un día cualquiera, y que aún no ha terminado, disfruto el instante y vivo soñando.

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