domingo, 20 de septiembre de 2020

Vocación de tratar de alcanzar algo que siempre se nos escapa

Eso es el amor. Se enciende, se apaga, huye, se disipa, brilla y, de repente, desparece de la mirada. Pero el amor, como muchas otras cosas, requiere tiempo. Si aparece y desaparece en muy poco tiempo, solo es deseo, tal vez antojo o capricho. El tiempo me ha dicho, a través de las experiencias de la vida, que si huye o desaparece, no hay que buscarlo o seguirlo, hay que dejarlo libre. Porque el amor es tan maravilloso que uno puede amar sin ser correspondido. Al principio no lograba entenderlo, pero lo fui descubriendo poco a poco. Amo la vida a pesar de que voy a morir un día, y no solo a pesar, sino también por eso. Amo la música que a veces me lleva al silencio. Amo a personas y busco la soledad. Porque el amor no es un gusto, ni un deseo. Uno no entiende porque ama a quien ama, solo ha de hacerlo. El amor me ha enseñado a cuidar y a vivir en el infierno. Porque el amor no es todo dicha, y requiere esfuerzo. El amor no son solo caricias y besos, son detalles, entendimiento, comprensión, soledad, lejanía, ausencia. El amor es más que ciencia, más que un te quiero. El amor es el llanto, la pérdida, el amor puede ser triste, pero a la postre alegra. Por eso amo al sol, y a la lluvia, y a la tormenta. Amo la dicha, y la indiferencia, amo tu cuerpo que me atormenta. Y si no alcanzas a quererme, y si te escapas, y si me olvidas, seguiré amándote. Y si me muero, seguiré amándote. Porque mi amor comienza, pero no termina, mi amor es más largo que la vida.

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