jueves, 2 de enero de 2014

No voy a felicitar el año

Rechazo lo establecido. Prefiero felicitar el día, felicitar la vida o felicitar la eternidad. Y en las caras de mis amigos voy a dibujar sonrisas, con abrazos y con besos, con humor y espontaneidad. De manera sobresaliente voy a escuchar el presente. Cada momento, un regalo, cada paso, una aventura. Respirar, un placer, amar, un ocio y un trabajo, y también una forma de ser. Voy a pensar por mí mismo sin ningún tipo de miedo. Mi meta es la paz mundial y, por eso, comienzo por una transformación interna. La intensidad de la vida está al alcance de mi mano, aquí y ahora. Voy en pos de la serenidad del alma y, para eso, entablo amistad no sólo con personas sino también con animales y plantas. Y con una sonrisa de amor disfruto de la belleza que me rodea. Feliz día, feliz vida. Feliz eternidad.

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