martes, 25 de julio de 2023

El dilema falso

¿He de cambiar radicalmente o aceptarme como soy? Suena a pregunta interesante en momento crucial de la vida. Muy mal lo deberíamos de estar haciendo para querer cambiar radicalmente. Muy mal también si no aceptamos quienes somos. ¿Pero no somos en realidad un cambio constante? Creo que sí. Los recuerdos nos sirven para mostrar los grandes cambios que hemos tenido sin apenas darnos cuenta. El cambio radical no es de un día para otro, es poco a poco, a paso de tortuga, una velocidad que pasa desapercibida pero que adelanta a la liebre. Por tanto estamos ante un dilema falso, pues cambiamos radicalmente y también nos aceptamos en este cambio radical que es la vida. La gente te ve después de varios años y te comenta que no has cambiado nada. Y a los dos minutos de hablar son todo novedades y ah sí, quién lo iba a pensar y cosas por el estilo. Y ese no has cambiado nada ni siquiera se refiere al físico, pues ahora tienes canas, más kilos, unas gafas más gruesas, menos pelo en la cabeza y más en el cuerpo, pero sigues siendo tú, el mismo de siempre que ha cambiado radicalmente aceptándose de mil maneras a lo largo de su vida.

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