Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
sábado, 15 de julio de 2023
La foto de mi madre
A veces hablo con la foto de mi madre. Sobre todo desde que murió mi perro. Cuando uno vive solo acaba hablando con quien sea o lo que sea. Estaba buscando un piso para mudarme a otro barrio, a una casa más buena, más confortable. Llevaba varios días buscando y no había forma de encontrar nada. Los pisos eran muy caros, las zonas no me gustaban, todo lo que me ofertaban no era de mi agrado. Buscando en internet encontré uno con muchas posibiidades y concerté una cita. Se trataba de una agencia que quiería cobrarme por eneñarme pisos. No gracias. O sin ellas, pero las di de forma automática. Me desanimé un poco, pero después de varios días de búsqueda encontré otro. Concerté cita y lo vi. Me parecía estupendo y pregunte cuándo podría entrar. Me dijo el dueño que lo tenía reservado pero que al día siguiente me daría una respuesta. No me la dio y le llamé. Volvió a aplazarlo un día más. Fue entonces cuando hablé con la foto de mi madre. Le expliqué todo lo que me estaba pasando, que no encontraba piso, que el que me gustaba me ponían trabas y no me respondían. Para uno que encuentro que me gusta ya me lo podían alquilar a mí. Y así estuve charlando con la foto durante quince minutos. A la media hora llamó el dueño del piso para preguntarme si aún lo quería. Sí, le dije. La foto de mi madre sonreía.
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