Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
jueves, 24 de agosto de 2023
El esplendor de lo insignificante
Está por todas partes. Puede que haga falta una lupa, un microscopio o, tal vez, solo unos minutos, unas horas o unos días de espera. Observar en el momento justo, cuando la flor se abre, cuando un rayo de sol lo ilumina, cuando cae la tarde o al amanecer, de noche entre sombras, quién sabe. También se encuentra en todo lo que llamamos rutina: en miradas desapercibidas, en sonrisas amables, en ese tipo de detalles en los que casi nunca prestamos atención porque, a lo mejor, hacemos de forma automática. El esplendor de lo insignificante surge cuando olvidamos el tiempo. Esa gota de sudor que se desliza por nuestro pecho, esquivando pelos, dividiéndose, ahora dos gotitas en plena carrera, una decide rozar el pezón, la otra se aleja, la primera adquiere más velocidad justo al dejar atrás al pezón y se acerca a la otra con unas ganas tremendas por contarle que su aventura ha valido la pena.
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