sábado, 5 de agosto de 2023

La soledad que acompaña

La soledad se aprende. Al principio, cuando eres joven, se huye de ella, produce aburrimiento, sensación de no encajar. Por eso uno va buscando compañías a todas horas. Pero el tiempo enseña que la soledad es necesaria para pensar. Muchos no quieren pensar porque se sufre. La sabiduría hace daño, por eso el tonto siempre es feliz. Pero es una felicidad limitada. La soledad enseña a estar con los demás, enseña a amar a los demás. Los seres queridos que han muerto ya me acompañan en esta soledad. Los amigos en los que pienso a diario también. La mayoría están a muchos kilómetros de distancia, pero hablo con ellos y disfruto de su amistad. Y la soledad se llena de gente sin darme cuenta. La música de fondo me arropa, la lectura me envuelve, el pensamiento es como una fiesta, por eso la soledad me acompaña, porque en mi soledad hay una multitud maravillosa, los recuerdos cobran vida. Familiares, amigos, autores, compositores, todos pululan por mi soledad que es compañía.

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