Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
jueves, 24 de agosto de 2023
Estaba inquieto
No podía dejar de pensar en ti. Cualquier cosa, no sé si por similitud o por qué, me recordaba a ti. Tu imagen era la luz encendida en mi cabeza que todo lo alumbraba. Leía un libro, pasaba una página y ahí estabas tú. Cerraba el libro y te veía sonreír. Miraba por la ventana y, si no estabas, esperaba verte de un momento a otro. No ocurría porque te veía todo el rato. Y comencé a escribir. La inquietud se iba disipando poco a poco, pero yo te seguía viendo con total claridad. Y en el momento que adquirí cierta relajación placentera, comencé a oírte. Solté una carcajada y pensé que no tengo límite, que, tal vez, me esté volviendo loco, pero no había nada en mí que se opusiera a esta nueva situación. Qué más podía pedir. Me puse a pensar en ello. Te veía y te oía, pero también necesitaba el tacto y, antes de que me quisiera dar cuenta, ya había llegado. Tus caricias se asomaban entre las sábanas, cuando me duchaba, en momentos de meditación y en momentos de calma, cuando nada ocurría y ahí estaba tu mano deslizándose sobre mi cara, haciendo aparecer una sonrisa con tu magia inmaculada. Y ahora ya no te sueño porque te vivo como si nada, sí, como si nada de lo demás importara.
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