lunes, 10 de febrero de 2025

Voz y construcción

Ambas están en nosotros. Toda sensación es muda pero nosotros le ponemos voz y, de alguna manera, la construimos. Podemos definirla, explicarla, contarla a los cuatro vientos pero siempre estará limitada por nuestro lenguaje de varias maneras. Puede ser que no hallemos las palabras para definir lo que estamos sientiendo, que no seamos capaces de usar metáforas o analogías y, aún explicándonos de la mejor manera posible, los oyentes no entenderán lo mismo. Pero seamos egoístas y olvidémonos de los demás, pensemos solo en nosotros mismos. Si no podemos definir nuestras propias sensaciones, tendremos que hacer una construcción aproximada, nuestras definiciones de las sensaciones mudas sentidas se transformarán en un pequeño acto creativo. Lo primordial es no caer en el auto engaño, hacer un análisis concienzudo, saber qué se siente y por qué, desenredar las sensaciones anudadas, tirar del ovillo, pensar si juzgamos demasiado rápido, si deberíamos calmarnos, si eso que llamamos siempre lo mismo es o no diferente pero no lo percibimos o no queremos percibirlo porque, de alguna manera, nos perjudica o nos complica la existencia. A veces nos encerramos en la monotonía de las respuestas y las definiciones de las sensaciones para no descubrir la realidad, para no ver lo que realmente somos. Toda sensación es muda pero es moldeable. Puedo sentir la sensación de que alguien me engaña y enfadarme; puedo sentir la misma sensación y estar en calma. ¿Por qué elijo siempre la misma respuesta?, debería ser lo primero que nos preguntamos al recibir la sensación. Luego vendrán otras preguntas, todas las necesarias para entender mi forma de actuar y si he de cambiar o no. Hay aquí una crecaión de un método personal evidente que, con el tiempo, iré mejorando. Igual que mejorará la voz de mi sensación al definirla, siendo cada vez más cercana a la verdad, mejorará también mi sistema de respuesta.

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