miércoles, 19 de febrero de 2025

¿Hay algo más real que lo que imagino?

Dicen que los recuerdos, en un principio, basados y construidos con hechos reales, los vamos moldeando con el tiempo a nuestro antojo. Los buenos recuerdos acaban siendo más buenos y los malos más malos, así que, no sé por qué, los acentuamos. Cada vez que la memoria los trae al presente los tergiversa de nuevo, y lo que fue acaba siendo otra cosa; parecen tener vida, mutan. Con nuestras creencias y nuestras opiniones ocurre otro tanto. El auto engaño está a la orden del día. Las noticias falsas están más de moda que nunca. La verdad ha pasado a un segundo plano y, nuevos conceptos, como posverdad, la han adelantado por ambos lados. La realidad se monotoniza, se repite tanto que se confunde hasta hacerse líquida y termina por diluirse o evaporarse. Y entre toda esta amalgama, todo este barullo de mentiras, falsedades, informaciones de perogrullo moderno, me da por imaginar, me da por sentirme tierno y busco refugio en el amor, en ese que llaman eterno, pero yo lo imagino ágil y diverso, con diferentes rostros, todos amigos, por supuesto. Y ocurre que el amor vibra, y en las miradas se contemplan chiribitas, y todas mis palabras relleno de amor y las disperso por el mundo para que hagan su labor. Lanzo las semillas al aire y luego recojo sus frutos, que son sonrisas, abrazos, un par de frases, un sentir amor en múltiples fases. Y en sus miradas lo veo, en sus sonrisas lo intuyo, y sí, en sus palabras está latente, porque me hablan y puedo sentirlo. Y cuando veo fotos de mis amigos veo a mi amor que los envuelve. Y me dicen buenos días, quiero verte, cómo te va la vida, algún día nos conoceremos, tenemos que volver a vernos, todo depende. Y en todas sus frases hay un te quiero, dicho, pensado o latente, grabado a fuego o con alas de amor verdadero. Y qué real es lo que imagino pues ha cambiado mi destino y mi corazón está nuevo, pletórico, lleno de amor infinito, poderoso y eterno.

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