domingo, 23 de febrero de 2025

¿Somos lo que creemos ser?

Esta pregunta tiene un ligero toque espeluznante que se disipa enseguida, como la sal en el agua, si no pensamos en ella con profundidad. Construimos un yo ficticio que nos gustaría ser. Algunas veces lo conseguimos, pero no siempre. Cometemos errores y normalmente no contamos con ellos. Nos empecinamos en seguir creyendo que somos como pensamos que somos cuando sabemos que no es cierto pues, muchas veces, no somos consecuentes, y nos consentimos muchas cosas que no consentimos al resto. El auto engaño siempre comienza así, consintiendo a uno mismo y exigiendo a los demás. Pero aunque no nos engañáramos, ¿somos lo que creemos ser? El ser humano es capaz de las mayores atrocidades y, sin embargo, siempre abogamos por la humanidad, decimos que hay que ser mas humano, cuando, posiblemente, ya lo seamos demasiado: demasiado humano capitalistas, demasiadas guerras humanas y demasiado poder humano descontrolado. Yo sé que no soy como quiero ser, pero también sé que estoy sumido en un proceso de transformacion. Mis cambios son lentos; unos perduran en el tiempo y otros desaparecen. Tal vez esa sea una de las causas de creer ser lo que no somos, los cambios constantes. Mi meta, mi pretensión, el destino de mi evolución es formar parte del amor, ser una partícula, un átomo de su esencia. Y no sé si podrá probarlo la ciencia, pero hacia allí me encamino.

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