viernes, 7 de febrero de 2025

Algo que sea como tocar el cielo

Creí que hacerlo una y mil veces, sentirme fuerte y fogoso podía ser algo como tocar el cielo, pero me equivoqué y acabó siendo monótono y sin sentido. Mi vida era un laboratorio de ensayo y error, donde, tristemente, terminé ensayando exclusivamente los errores. Es difícil salir de ciertos hábitos pues, como las cebollas, los vamos ocultando con diferente capas y, al intentar cambiar, siempre acabamos justo donde estábamos antes, en el mismo centro del error, repetido una y mil veces. Nos reímos, es el destino, pensamos, damos la respuesta que haga falta pero no salimos del hábito y ya ni siquiera nos acordamos de ese algo que sea como tocar el cielo. A veces hay fogonazos, pequeños destellos, creemos intuir, vislumbrar, parece que hay un resquicio, una pequeña grieta que asoma, cierto brillo en unos ojos amigos o en los propios, somos ese barco que se balancea ligeramente pero que lleva años anclado. Pero un día un poema, una canción, un ya no puedo más y hasta aquí hemos llegado, un esto no es vivir y este hábito me está matando, una película que te abre los ojos, un libro que te rasga el alma, un ya no quiero ser esclavo. Y comienza a volar mi corazón y mi cuerpo le sigue ilusionado. Voy dejando un rastro de sonrisas, por si tengo que volver, me digo y, al segundo, me estoy carcajeando. Parece que sigue todo igual, no sé si algo ha cambiado, pero voy tocando el cielo, justo como siempre había soñado.

No hay comentarios: