¿Ideas neutras?

En sí misma, toda idea es neutra o debería serlo; pero el hombre la anima, proyecta en ella sus llamas y sus demencias; impura, transformada en creencia, se inserta en el tiempo, adopta figura de suceso: el paso de la lógica a la epilepsia se ha consumado... Así nacen las ideologías, las doctrinas y las farsas sangrientas. (Émile Michel Cioran). Quedémonos con la idea neutra de la primera frase o con lo que debería ser idea neutra, que de tan neutra se hace pesada (pesadamente neutra). Desconfiemos de lo definitivo, apartémonos de quienes pretenden poseer un punto de vista exacto sobre algo, sea lo que sea. Porque lo definitivo ya no es neutro, ni siquiera es vida. La neutralidad de la idea de Cioran radicaría en que es la idea la que anima al hombre y no al revés y al no proyectar nuestra locuras en la idea, las malas ideas se neutralizarían, pero como ya eran neutras, ni eso. Es todo a la vez tan extraño cuando se neutraliza. Por ejemplo, deportivamente, cuando alguien es un mindundi, seguramente es que jugaba de neutral (por lo menos sabemos que no se trata del arbitro). Es más ventajoso ser políticamente neutral primordialmente por dos cosas: no vas a ninguna guerra y en tu país se fabrica un chocolate exquisito. Sexualmente es más complicado, pensad en un polvo neutro, aún no hay nadie que pueda concebir algo así. Pero continuemos con la idea neutra, si además es pura, ya no se puede transformar en creencia y, por tanto, no se inserta en el tiempo, sino que fluye en él; ¡oh! Dios mío, es estupendo.
El arte es la tarea suprema y la actividad propiamente metafísica de la vida.
Qué gran verdad y a la vez neutra.