domingo, 7 de julio de 2013

El camino apropiado

Una luz difuminó la nebulosa en la que me encontraba. La crisis se había apoderado incluso de los corazones. Las personas estaban tan mecanizadas como los trabajos mal remunerados. Los contenedores de basura eran los nuevos supermercados: un desperdicio, un centavo. Grandes almacenes de ropa de segunda mano. Coches usados como casas, colegios abandonados, comida basura pero en plan delicado, sin vitaminas ni proteínas pero en platos muy bien presentados. Sustancias para mitigar el dolor que tú mismo has provocado. Gobierno de descerebrados. Voy de camino al trabajo. Un loco recita versos con una flor en la mano: si quieres me das tu amor y al fin me harás millonario. Nadie quiere entender el mensaje del visionario. Sigo andando tres pasos más y me paro. Doy media vuelta y deshago los pasos dados. Toma un puñao de sonrisas y este cariñoso abrazo, termíname tu poesía y ahora me harás millonario. Por fin un alma gemela, un amigo, por fin la excepción de la regla. Un abrazo consumado y el poema he terminado. Y a la vez los dos decimos: este es el camino apropiado.

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