martes, 30 de julio de 2013

Puedes contar conmigo

Los problemas no son importantes, son más bien vulgares, todo el mundo los tiene, lo importante es como se afrontan. El fracaso puede ser hasta bueno, aleccionador, abre los ojos, te da alas para un nuevo intento y, a la vez, te pone los pies en la tierra. La verdad es que ahora que releo lo que acabo de escribir me dan ganas de fracasar constantemente, pero si lo pienso mejor, me doy cuenta que el verdadero fracaso no es no tener éxito sino no intentarlo. Por eso intento escribir a diario, aunque sea mal y poco. Pero a veces hay bloqueos, uno se queda en blanco, aunque eso era al principio, últimamente lo que se queda en blanco es el resto del mundo, hasta mis dudas se blanquean, estoy solo yo caminando en la nada, la nada blanca, claro. La página en blanco lo ha contaminado todo y es entonces cuando me percato de que no me podía pasar otra cosa mejor porque voy a tener que inventarme el mundo. Pero tengo miedo. Sabiendo lo que sé no puedo dejarlo todo otra vez como estaba. De repente una idea, una voz, una calma sosegada, una dicha paciente y la valentía poco a poco insuflada por una frase: puedes contar conmigo. Sonrío e intento abrazar a la persona que me regala estas palabras, pero soy yo mismo. Asombrado, me doy cuenta de que estoy hablando delante de un espejo; sí, me hago viejo, no me distingo ni reconozco mis propios consejos. Pero estoy escribiendo. Y poco a poco el mundo va apareciendo, más lucido, más brillante, más intenso. Mi mente fantasea, mis manos escriben, mi corazón crea, las frases me rodean, danzan a mi alrededor, pienso en el amor y sigo escribiendo. Fracase o no, ahora me siento mejor. Y con voz poderosa digo: puedes contar conmigo.

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