domingo, 28 de julio de 2013

Tengo una cita con la felicidad

Despierto de un sueño reparador. Unos lametones de mi querido perro me dan la bienvenida a un nuevo día. Salgo al balcón a ver la mañana de domingo recién hecha que me saluda con brisa ligera. Tostadas con mermelada de arándanos, música clásica radiada pintando en el silencio matutino y todos los problemas diluidos. Lo irresoluble de ayer, las dudas, la angustia, hoy nada de eso tiene sentido. Qué rica la mermelada. Un libro se abre para mí y sus páginas me hablan. Hoy todo parece especial, incluso lo más normal. El sol salió por la noche y no acaba de despertar, está desentumeciéndose entre nubes que sonríen al pasar. El viento airea mis axilas creando un preámbulo de cosquillas. Parece que el paraíso se ha pasado por mi piso y lo mismo es distinto y lo igual, diferente. Y las páginas se callan, el libro se cierra y sorprendido me quedo al ver mi pequeña agenda, donde leo que hoy, sin ir más lejos, tengo una cita con la felicidad.

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