martes, 19 de septiembre de 2023

Puede que... pero también

Puede que en un instante todo sea pasado, como dicen, pero también un rato a tu lado se hace eterno, incluso sólo imaginarlo. En cada uno de tus besos transcurre una vida, hay una fecundación, un acercamiento de tus labios a los míos, un pequeño roce cuando entran en contacto, es el nacimiento. Y el beso comienza a crecer. Tiene una infancia juguetona, pero enseguida se hace adulto, y conoce todos mis entresijos, todos los vericuetos que tienes que visitar en mi boca. Hay placer, hay dolor, hay mucho amor, todo mezclado en los sabores que se esparcen por nuestras lenguas. Hay saludos y despedidas; parece que el beso termina pero vuelve, sólo has cogido aire, y se reanuda el contacto, sigue el baile de nuestros labios, la comunión de nuestras lenguas, el mundo en un beso, toda una vida. Nuestras lenguas conociéndose, abrazándose, amándose , follándose, comunicándose. Puede que una caricia sea tan sólo un roce, pero también es el comienzo del gozo, el eslabón de una cadena interminable de caricias que te llevan al éxtasis entre mis brazos. Puede que nadie te haya acariciado así, pero también muy pronto sabrás de lo que estoy hablando o, a lo mejor, ya lo sabes, has soñado con ello, has sentido las yemas de mis dedos deslizándose suavemente sobre tu piel, despacio, como tocando un instrumento frágil, que requiere extrema delicadeza y dulzura. Voy buscando el sonido en tu cuerpo con mis yemas recorriéndote, se te escapa un gemido que hago mío, incido en la zona, sigues gimiendo, mis yemas han encontrado el sonido del amor en tu cuerpo. Puede que sean sólo palabras pero también las estoy sintiendo.

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