lunes, 14 de abril de 2025

Lo que veo sin ver

Me he dado cuenta de que al percibir las cosas no solo percibo lo que veo, hay veces, no siempre, suelen ser puntuales, como cuando el amor comienza, cuando se está generando una amistad sin yo saberlo todavía, noto que veo sin ver. Pienso en grandes amigos que he conseguido a través de las redes, algo que, en un principio, me parecía imposible. Veo fotos, vídeos y no solo siento una atracción física -a veces, ni siquiera eso, sino que la belleza surge con el conocimiento- o, tal vez, cierta similitud en el carácter o en las aficiones. Siempre hay unas características que se ven pero hay otras cosas, no sé, como la ternura, que percibo sin saber por qué. Algunas veces veo a alguien por primera vez y pienso, abrazaré a esta persona, nos haremos amigos, gracias destino por mostrármelo, por ponerlo en mi camino, y un cúmulo de satisfacciones provenientes del futuro aparecen como chiribitas ante mí. Es ese ver sin ver, ese pecibir sin saber aún qué exactamente, pero sintiendo amor desde el primer instante, sonriendo ante el brillo de una mirada extraña que me habla, que pronuncia mi nombre, y mi corazón contesta diciendo aquí estoy, te estaba esperando. Lo que veo sin ver es esencia de amor, la fragilidad de un alma que espera un abrazo que aporte sentido a su existencia, la vulnerabilidad que reclama sus besos y caricias, y mi vulnerabilidad que genera una promesa que hará realidad desde ya.

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