
Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
domingo, 27 de abril de 2025
Volviendo del loco afán
Domingo de vaivenes, me dedico a limpiar mi mente. Atraigo al pasado escuchando unos discos antiguos que he subido del trastero. Espíritus de hace treinta años llaman a mi puerta a su manera, atravesándola. La casa está llena y, como una abeja literaria, o mejor lectora, voy saltando de libro en libro, buscando en las frases a ese que fui, a ese que creía desaparecido pero que siempre está ahí. Algo se remueve por dentro, como queriendo salir y no pongo ninguna resistencia, al contrario, intento colaborar, cooperar, poner mi granito de arena, y bailo y sonrío al revivir este pasado dormido que vuelve con fuerza, que atraviesa puertas y, visto y no visto, te monta una fiesta. Mi cabeza se llena de ideas, tomo notas poseído por un loco afán creativo que ha hecho pedazos a los eslabones de la rutina. Bailo semidesnudo mientras ciertos recuerdos parecen vivos y oigo diálogos, algunos en los que participo, que creía perdidos, conversaciones resucitadas por estas hadas de domingo. Agarro la pluma y escribo antes de que todo se pierda, de que todo se vaya a la mierda, definitivamente. Escribo volviendo del loco afán y algo me dice, no que todo va a comenzar, sino que resurge esta locura perdida revivida por el amor perdido que sólo estaba dormido, que necesitaba o anhelaba un pequeño empujoncito. Hoy quiero escribir mil libros y guardármelos en el ombligo.
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