domingo, 4 de febrero de 2024

El centro es el alma

Hoy he leído que el centro de la persona es el alma. Y no me ha hecho falta leer más para saber que es así. La mayoría de personas estará de acuerdo con que el alma sobrevive al cuerpo, muchas religiones diferentes lo afirman, incluso algunos ateos. Si el cuerpo muere pero el alma sigue, el alma es lo más vivo de todo, lo más vivo de la persona. ¿Y qué hay en el mundo que sobreviva a la muerte siempre? El amor. Tal vez nuestra alma sea el recipiente del amor. A lo largo de la vida podemos ir llenándola de amor o dejando que se seque por mantenerla vacía. Es nuestra elección. Vamos a sufrir en la vida muchas veces, pero no es impedimento, ni mucho menos, para dejar de amar. Por eso me encamino al centro del alma de mis amigos, al centro del centro, a lo más vivo. Y deposito allí mi amor con todo el cariño, como cuando guarda su juguete preferido un niño, con delicadeza absoluta. Porque estoy dejando parte de mí en esas almas. A veces tan sólo estoy plantando una semilla y, otras, regando el amor que ya estaba, haciéndolo crecer. El amor es una energía viva y universal que hace que el peor de los mundos valga la pena. Por eso quiero abrazar tu alma antes de abrazar tu cuerpo. Y por eso siento tu amor a pesar de la distancia, porque aunque no llegue a mi cuerpo, sí alcanza mi alma.

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