Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
miércoles, 21 de febrero de 2024
El viaje
Lo había estado preparando desde hace mucho tiempo. Cuando conocí a la empresa me dijeron que eligiera un destino, cualquier destino. No tuve que pensarlo durante mucho tiempo. Lo escribí en un papel y se lo mostré. Sonrieron ligeramente y asintieron con un leve movimiento de cabeza. Mañana será el gran día, dijeron. A pesar de que la preparación del equipaje era relativamente sencilla, estaba nervioso. No necesitaba llenar ninguna maleta, ni mochila, ni nada, el único requisito era desnudarme. Apenas pude dormir la noche anterior al viaje; me pasa siempre, en todos los viajes. Decidí untar mi cuerpo con crema hidratante. Lo hice despacio, meditando con cada caricia, no dejando ni un milímetro sin untar. La noche estaba siendo larga y este pequeño ritual consiguió apaciguarme un poco. Llegó la hora. Estaba listo. Seguí todas sus indicaciones. Me desnudé y entré en ese pequeño habitáculo. Cuando se encienda una luz morada habrá llegado a su destino. No tardó mucho en ocurrir. Todos y cada uno de mis pelos estaban como electrificados, bailando como pequeñas algas en un fondo marino; era una sensación muy agradable. Por fin estaba donde quería estar. Lo visité todo. No dejé un rincón sin visitar. La vista, el oído, el tacto, sobre todo el tacto, el olfato, todos mis sentidos se llenaron de auténtico placer. He estado en tu cuerpo y ha sido maravilloso.
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