jueves, 1 de febrero de 2024

Una melodía

Sonaba en mi cabeza, se oía de fondo, dulce, notas de piano dando pequeños saltitos, se acercaban. Me subí a una de ellas. Casi pierdo el equilibrio, pero enseguida cogí confianza y comencé a danzar sobre las notas. Daba vueltas como un derviche, sonriente, contigo en mi cabeza. Acabamos en el suelo, riéndonos, abrazados. Nos levantamos y una de las notas vino a buscarnos. Nos montamos y salimos volando como si de una alfombra mágica se tratase, pero con una de las cosas más maravillosas que tiene la vida inventada, un fondo musical constante. Íbamos de nota en nota, viajando por la melodía de nuestras vidas, perdiendo la ropa, conociendo nuestros cuerpos, saboreando nuestra elegante desnudez. Qué maravillosa es la música en tu compañía. Las notas me hacían cosquillas, o tal vez eran tus dedos, no podía asegurar nada entre tantas alegrías. Lo celebramos con un beso que se extendió como la brisa. A ambos nos dio la risa mientras la melodía seguía. Yo te llenaba de caricias y tú a mí de alegrías. Y la melodía seguía y nuestro amor aumentaba, y no me hace falta nada más que tu compañía.

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