Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
sábado, 10 de febrero de 2024
La terraza
Estás sentado en una terraza de un bar muy frecuentado de una gran ciudad. No es hora punta pero como si lo fuera. Chorros de gente van en todas direcciones. Durante varios minutos vas escogiendo caras, cuerpos, gestos que te llaman la atención, te entretienes observándolos hasta que un recuerdo se abre camino en tu interior. Tal vez una de esas caras observadas lo ha provocado. Tu atención se fija ahora en el recuerdo y pierdes la noción de tu exterior. Estás completamente inmerso en el recuerdo. Tu peinado es distinto, sonríes, suena una música olvidada; estás a punto de tomar una de las decisiones más importantes de tu vida, o eso crees. Se apagan las luces, suena una alarma, la gente chilla, hay una luz en el fondo, anaranjada, y mucho humo. Crees que estás analizando la situación y sopesando los pros y los contras pero aún no has reaccionado a lo que ocurre. Alguien te empuja y caes al suelo. Varias personas tropiezan contigo. Comienzas a toser. El humo lo inunda todo. Fundido a negro. Sonidos de sirenas de ambulancia, parece que ha salido el sol pero es solo la luz de una farola. Estás tendido en el suelo y alguien sopla en el interior de tu boca. Abres los ojos y ves a una persona que te sonríe vestida de bombero. Te acaricia la cara, retira tu pelo de la frente y te pregunta cómo estas. Intentas contestar, sonríes con la mirada y el bombero te da un beso. Tengo que dejarte, me necesita más gente. Alguien sale del interior del bar con un vaso en una mano y un plato en la otra mientras tu te levantas. Se acerca a ti y te pregunta si te vas, si se queda libre la mesa. Le miras, es él, le besas. Sí, me voy ya. Quédate, te dice con la mirada. Y te vuelves a sentar.
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