viernes, 7 de marzo de 2025

Estoy de limpieza

Tenía la mente embarullada, casi como una red social, con una cantidad de información que no servía para nada, para nada bueno, porque molestar, molestaba bastante. Datos inservibles que ocupaban espacio, creencias que cohibían o, simplemente, eran erróneas, promesas incumplidas, rencores... Así que, con delicadeza y sutilidad, fui deshaciéndome de todo lo que me complicaba la existencia. Cierto orden resurgía, más que orden, claridad, la mente se despejaba y el pensamiento crítico renacía de la nada. Qué a gusto se queda uno eliminando chorradas. Cabeza, corazón y espíritu crearon espacio para un nuevo amor que se generaba y, en el horizonte, las albricias me saludaban. Sacudí los pensamientos, quite el polvo de la influencias desinformadas, fregué las manipulaciones con un producto que las desintegraba. Soy un nuevo yo o puede que nada, pues el ego era traslúcido y el amor lo atravesaba. Una nueva fragancia a mi alrededor revoloteaba, incitándome a escribir, a crear desde la nada, y el amor me susurraba desde múltiples puntos de una cúpula estrellada. Qué catársis más pronunciada, qué mente más despejada, qué suerte tener amigos, una auténtica gozada.

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