sábado, 22 de marzo de 2025

Las huellas de la nada

Forman parte de mí, las llevo conmigo. Son difíciles de ver a simple vista, pero están en cada pliegue, en cada poro, en los instersticios del tuétano y en los pensamientos que olvido. Tal vez toda mi belleza resida ahí, en las huellas de la nada que se ocultan tras mi existencia finita. De la nada vengo y a la nada voy porque nada soy. Y sin tu amor soy nada de nada. Es curioso como las huellas de la nada nos lo dicen todo. Cuando mentamos la nada se impone cierto miedo, pequeñas dosis de angustia creadas por nuestro ego insufrible. Pero la nada siempre nos acompaña y, muchas veces, nos consuela: tranquilo, no pasa nada, dice la nada sonriendo. Sí, no pasa nada, pero ya pasará. ¿Qué pasará? La nada que dura una eternidad. Pero no debe preocuparnos cuando el amor ha decidido inundarnos, colarse por todos lados, incluso en las huellas de la nada.

No hay comentarios: