jueves, 23 de noviembre de 2023

Bienvenida desgracia

Deberíamos dar la bienvenida a las desgracias porque siempre suponen un reto, un cambio, actúan de revulsivo después de un periodo de aceptación. Te empujan de la nube a la que te habías subido y te devuelven a la vida real de un sopapo. Y vuelves a valorar lo que habías dejado de valorar debido a las inercias de la rutina y de esas costumbres ancladas en el mar de la normalidad aparente. Todos los pequeños detalles amables de la vida cuentan, y mucho. Por eso siempre insisto en el amor como fuente esencial para todo, incluso como arma arrojadiza o como venganza. El amor más que como solución, como respiración. Si respiramos amor parece que todo se aclara, las dudas se despejan y a las caricias les salen alas. Llueven besos los días de tormenta en mi barrio. Todos corren, algunos chillan, y yo sonrío. Muchos me observan sorprendidos pero a mí me llueven besos y dejo que calen en mí. El amor es la catarsis del alma, el masaje del cuerpo, el sexo del espíritu. Y lo que hoy comenzó como una pequeña desgracia ya está siendo un texto que viajará por el mundo sin perder ni un segundo, que vistará a amigos y les insuflará todo el amor que necesiten para superar esas leves desgracias diarias que la vida nos depara sin haber hecho absolutamente nada.

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