viernes, 17 de noviembre de 2023

Guardianes invisibles

De pequeño me hablaron del ángel de la guarda, que te protegía y te cuidaba desde allá de donde quiera que estuviese. Crecí y se fue disipando esa idea infantil, junto con la de los reyes magos y el ratoncito Pérez. Me hice adulto; primero un poco y luego un poco más. El tiempo parece tener prisa en hacernos viejos. Y se fueron muriendo algunos parientes: primero mi hermana, luego mi madre y muchos otros. Y no sé cómo, pero algunos de ellos se transformaron en guardianes invisibles. He hablado con otras personas que también los tienen. Te infunden ideas, te hacen cambiar de opinión sobre según qué decisiones, te dicen ahora sí o ahora no, o, a lo mejor, no tengas miedo, no pasará nada o cuidado, peligro al acecho. Actúan como una alarma interna que siempre acierta. Pero a veces no consigues entenderlos. Algo parecido me ocurría con mi perro. A veces me quería decir algo y yo no le entendía, me percataba de su mensaje cuando ya era tarde. Por eso hay que estar atento a lo que te dicen los guardianes invisibles, porque no te hablan de viva voz sino que es una voz interna, un pensamiento que viene de repente y que, muchas veces, uno no le da importancia. Los guardianes invisibles no son un don que uno posee sino una ayuda, un cuidado especial que uno recibe sin saber por qué. Yo los he bautizado como el séptimo sentido.

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