lunes, 13 de noviembre de 2023

La escucha silenciosa

De la que surge toda escritura. Incluso si no escribes. Esos textos que te dicta la conciencia, que se graban en tu piel, en su parte interna, que, el día que más los necesitas, afloran por todos tus poros o van en el interior de tus lágrimas que derramas como un niño apático, estático. A esos textos me refiero. Esos que, algunas veces, queremos olvidar y no podemos. Es lo que tiene la escucha silenciosa, no hay ruido ni ostentación pero es muy poderosa. Es una meditación que aturde, que duele y desahoga, que es portadora de una verdad incandescendente, como el grito de un mudo o la risa de un loco. La escucha silenciosa también conmueve. Recicla el amor no recibido y el amor contenido, lo pasa por un tamiz y surgen las palabras que ahora lees, o tal vez no, tal vez solo las estés oyendo de viva voz, una voz interior que, gracias a esta escucha, viene del exterior y eso te perturba, no estás acostumbrado a oír a tu conciencia ni a su eco. No estás acostumbrado. Y esta escritura que surge del silencio de las ánimas solitarias, del amor que incuban, es la esencia de la vida, el camino marcado por un destino que, estando despistado, vuelve a tomar cierto tipo de atencion, aposenta sus pies en el mundo, por un rato o por segundo, pero te insufla el dolor, el deleite, las alegrías y carencias, todo el arte que necesitas y también las ciencias, y esa intuición que en ti anida produce un conocimiento que provoca a tus sentidos y despiertas a la vida.

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