sábado, 11 de noviembre de 2023

Esa adulación

Que tú ves, ese piropo, y todas las veces que has dicho que exagero, todas, ni una más y ni una menos, he dicho la verdad, he dicho lo que siento. No son los rasgos lo que nos hace bellos, sino el amor. La ternura que hay en nosotros, la bondad, todas esas características aparentemente invisibles, se muestran ante mí. Reconozco el dolor interno, el dolor sufrido, puedo ver las cicatrices sentimentales, la humildad que destilan las personas, la timidez que se intenta ocultar debajo de diferentes alfombras. Por eso, cuando descubro la belleza lo digo. No importan esos kilos de más, esa cabeza sin pelo, la estatura, poca o mucha, la belleza sale del interior y se muestra ante mí. Y si he de decírtelo, te lo digo. Que tu belleza está en el ombligo, o tal vez en tu sonrisa, que la redondez de tu barriga es bella, que es hermoso que para hablarte tenga que estirar la cabeza o inclinar mi cuello, que tu timidez es bella, que tus canas me gustan, que me encanta que hables mucho o que no te salgan las palabras, o que esa pequeña cojera es bella. La belleza de los pequeños detalles mi corazón altera. A veces hay gente que me pregunta, ¿qué ves en esa persona? Y yo no puedo contestar otra cosa: toda su belleza.

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