lunes, 18 de diciembre de 2023

El hallazgo

Poco a poco fui realizando cambios y otros cambios más las circunstancias también realizaron. Dividí mi vida en jardines: el jardín de mi carácter, el jardín de mis sentimientos, el jardín de mis deseos, el jardín de mis proyectos. Estos jardines están interconectados. Fui plantando semillas en todos ellos, con la esperanza de recoger una cosecha con la realización de mis actos. Hoy he descubierto un fruto. Ese ha sido mi hallazgo. Me he dado cuenta de que mi carácter ha cambiado, ya no reacciono de la misma forma en situaciones de injusticia burocrática. No me enfurezco, no dejo actuar a mi odio. Es más, el amor que contengo lo ha anulado por completo. No dejo de hablar a las personas que me ponen la zancadilla, ya sea sin querer o queriendo. He optado por darle la vuelta a la tortilla. Es un rasgo de humor que me caracteriza. Para que ciertas personas te entiendan hace falta algo más que argumentos, consejos o cosas por el estilo. Yo utilizo un espejo con ciertas connotaciones socráticas. Todos vendemos un yo ejemplar que se diluye en cuanto se ve sumido en una situación a la que responde de forma contraria a lo que siempre se dice. Este es el momento de usar el espejo dialéctico que tiene la virtud de quitar las máscaras, de mostrarnos cómo somos realmente. Y este hallazgo es el antiguo conocerse a sí mismo tan valioso y que habíamos olvidado. No hay tiempo que perder, puede que no haya ni siquiera tiempo, por eso nuestros jardines deben ser cuidados con esmero.

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