miércoles, 13 de diciembre de 2023

La voz

Un poeta preguntaba quién impulsaba su voz. Ese verso me hizo pensar. A veces he de escucharme, como si fuera otro, pues no sé qué es lo siguiente que voy a decir. En mi persona hago distinciones o diferencias. Por un lado está el cuerpo que, la mayoría de veces considero mío y creo poseer el control, pero otras es el cuerpo el que elige qué comer y no yo. Por otro lado va la mente y, por otro diferente, la conciencia que, algunos dicen, es una parte minúscula de una conciencia colectiva. Dejo de lado la imaginación y la fantasía. Y luego está la voz. Es mi persona como un pequeño ecosistema que se compone de partes evidentemente diferenciadas. Mi cuerpo tiene deseos, mi mente genera fantasías e imagina, el lado ético lo guardo en la conciencia. Y en mi voz está la risa, los cantos, el humor, pero también hay parte de la conciencia. Parece como si la voz pudiera ser mía completamente a veces y otras habla para que yo pueda entender, o para hacerme feliz, para hacerme pasar el rato y, otras, es una conversación, como una reunión de vecinos, donde todo lo que me compone usa la voz para expresarse. De ahí que algunas veces me sorprenda a mí mismo diciendo según qué cosas. Recuerda un poco al teatro, es la mejor comparación que se me ocurre. Diferentes personajes en un mismo escenario toman la voz por turnos o simultáneamente. Dejo bailar a la lengua y la voz genera discursos que escucho con atención ya que sirven para conocerme. ¿Quién impulsa mi voz?, me pregunto como el poeta. Y mientras medito en silencio, apareces tú, el amor inunda el ambiente y también levanta el telón, y mi discurso, algunas veces más enrevesado que otras, sigue enamorado. Puede que esté hablando el corazón y sea su voz la que oigo ahora.

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