sábado, 9 de diciembre de 2023

Me dispongo

Como todos los fines de semana me dispongo a hacer muchas cosas y, en realidad, no es que no haga nada, porque algo he hecho: disponerme. Estar dispuesto conlleva mucha responsabilidad. Me disponía a limpiar, ordenar, escribir, estudiar...pero, como dicen en mi tierra, todo ha quedado en agua de borrajas. Además está ese virus del nuevo milenio, porque es un virus, aunque no nos demos cuenta, de la procrastinación. Tengo varias novelas comenzadas, decenas de cuentos, muchísimos libros sin leer. Parece que, como sin darme cuenta, estoy esperando a mi jubilación para hacer lo que llevo sin hacer toda la vida. Es la misma sensación de querer ir a otra ciudad para encontrarse mejor, cuando la ciudad no es el problema, el problema eres tú. Me dispongo a vivir a un ritmo que luego, inevitablemente, ralentizo. Sólo cuando ha pasado mucho tiempo, años quizás, me doy cuenta de que algo hice. Si sigo disponiéndome sin hacer, procrastinando como si no hubiera un mañana, aunque más correcto sería decir como si hubiera más de la cuenta, tampoco se me pasará el arroz pues aún no lo habré metido en la olla. Ay, qué vida esta. Lo único y principal que me queda es el amor pues puedo amar en la distancia, amar interdimensionalmente, amar otras especies, la vida, amar mi disposición que me dispone y ahí termina.

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