Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
lunes, 11 de diciembre de 2023
Las consecuencias
Mucha gente no se explica qué está ocurriendo en pleno siglo XXI, aunque todo es más sencillo de lo que parece. Hay un sistema capitalista moribundo, enrabietado porque se acerca su muerte pero quiere morir matando. Pero también hay otras muchas cosas más sencillas que influyen. Porque todo tiene sus consecuencias. La rápida propagación de internet, de las tecnologías, sus usos, su consumo, ha llevado a dejar de lado otras cosas que hacíamos antes de su aparición. Los hábitos de lectura han decrecido. Hay gente que alardea de no leer, algo inimaginable hace unos años. La no lectura conlleva apesebramiento, manipulación voluntaria y consentida, pérdida de inteligencia, que nos lleva a falta de ideas, al virus del borreguismo. La originalidad la decide el mercado. Las ciudades están clonadas. Te vas de viaje y los centros de las ciudades son idénticos: las mismas franquicias, masificaciones similiares, incluso hasta monumentos idénticos. Pero no nos importa. La necesidad de hacer fotos de todo nos acompaña a todas partes. Recuerdo que cuando fumaba, me solía fumar un cigarro cuando no sabía qué hacer; ahora hago una foto. El atontamiento generalizado lo aprovechan muy bien los políticos, que hacen campaña con cualquier cosa. No les hace falta un programa, ahora con una palabra ganan las elecciones: libertad, cambio, renacer...Los votantes tampoco van a leer un programa político sin la distracción de muchos anuncios y enlaces diversos. Nunca habíamos tenido tanta información como ahora, y resulta que no vale para nada, la mayoría es mentira. Tampoco nos interesa rectificar cuando nos percatamos de que hemos sido engañados y, por eso, seguimos votando, como siempre, a los mismos que nos llevan robando toda la vida. Nos han dicho que es lo mejor. Nuestra salud ha empeorado a pesar de que comemos todo lo que se anuncia por la tele. Usamos el móvil para preguntar dónde estás o anunciar que estamos en la puerta de casa. La tecnología es el futuro que nos está llevando al pasado. Los avances prometidos ahora son más guerras, vida más cara y sueldos más bajos, noticias falsas, jueces corruptos, pederastas que te absuelven de tus pecados, políticos quitándote la calderilla del bolsillo y tú regalándoles tu voto a cambio. Corrupción, muerte, desigualdad, y si alguien quiere hacer algo bien o propagar la verdad, es señalado y calificado como lo malo, lo distinto, lo que hay que eliminar. Las consecuencias están llegando.
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