domingo, 15 de diciembre de 2024

Deberíamos preguntarnos

Siempre nos preguntamos si las obras de arte deben contribuir a una mejora social, llevar implícitas una crítica del momento y, la belleza, bueno, la belleza puede estar incluso en su fealdad pero no quiero irme por las ramas. El arte debe de producir emociones, preguntas y respuestas, dar soluciones o solo hacer sentir. Pero ¿y el resto? Deberíamos preguntarnos si nuestros besos contienen arte, si podemos perfeccionar nuestras caricias, si los abrazos que damos son bellos, cálidos, transmiten amor, seguridad, confianza... Si hay arte cuando cocinamos, pensar si podríamos exponer nuestros platos con la comida de la semana, si hay arte en la acción de llenar un vaso de agua o cuando nos tiramos un pedo. Está bien que el arte nos haga pensar, sentir, que nos transmita valores, luchas, historias, críticas, que nos haga cambiar, entender, amar... Pero deberíamos preguntarnos por qué no hacemos todo con arte, por qué no vivimos la vida com si fuera arte puro, por qué respirar, respirarte no es uno de nuestros principales artes. Por eso en el taller de mi imaginación estoy perfeccionando las caricias, quiero poder darte los mejores besos y con más arte de la historia del universo, de hecho, he creado un mundo para poder hacerlo. Quiero que todos mis movimientos, pensamientos y actos sean portadores de arte, y no solo para obnubilarte sino para amarte con más arte. Quiero exponer nuestras miradas al mundo, escribir un libro con nuestros besos y caricias, hacer una escultura con nuestro amor, una película con nuestras vidas y que, tú y yo, seamos obras de arte vivas. Deberíamos preguntarnos todo eso y por qué aún no lo hemos puesto en práctica. Hoy sería un buen momento. Incluyamos arte a todo o muramos en el intento.

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