domingo, 14 de enero de 2024

¿Alma o mente?

Parecen ser la misma cosa. El alma, quizá, más divina, y, la mente, más natural, más biológica. Siempre imaginé a mi alma volando por el cielo en busca de otras almas afines, a las que unirse, a las que amar. De niño, creía que mi alma estaba conectada a otras personas, pero algo me dice ahora que tal vez sea la mente. Que el amor, en realidad, no sólo conecta cuerpos sino primordialmente mentes. Por eso puedo amar en la distancia, porque tenemos las mentes conectadas, y tengo más datos de personas lejanas que cercanas que son, sin duda, más certeros debido a esta conexión. Cuando las mentes se fusionan a través del amor, cada palabra usada en una conversación está condensada y contiene mucha más información de la que creemos; las miradas hablan, los gestos comunican, la ternura y el cariño se intercambian, por eso miles de chispas alborotadas aparecen en nuestra piel, en nuestros corazones, los problemas nos resbalan, el mundo se detiene, y sólo importa la mente a la que estamos conectados, el amor que fluye, la maravilla que nada en lo invisible, el portento de la alegría que se difunde por el espacio y llega hasta nuestro interior como si fuera un milagro pero es la conexión más natural del ser humano.

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