Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
domingo, 21 de enero de 2024
Cocinando las palabras
Me encuentro. Todo tiene su punto, y esto no iba a ser menos. Las palabras duras no deberían decirse, las muy blandas tampoco. Tal vez ese término italiano de al dente sea también el que convenga a las palabras. A mí, personalmente, me gustan las palabras rellenas, con sustancia, que aporten algo más que significado, que calen a quien se las digas, que lleguen al corazón. Por eso muchas veces las relleno de amor. Y funciona. Si cocinas las palabras, el plagio, la copia, no tienen valor, no funcionan. Ocurre lo mismo con los actores. El mismo texto según quien lo diga cambia completamente. A veces vas al teatro y no sientes nada y, otras, sin embargo, la misma obra te atraviesa, te hace pensar, te motiva. Las actuaciones también se cocinan. Ay, la cocina es tan importante y la mayoría solo la usa para la comida. Con las palabras es esencial la cocina. Los adjetivos trillados hay que cocinarlos bien porque si no pasan desapercibidos. Y aquí me hallo, haciendo de alquimista de las palabras en mi laboratorio de teclas y libros, de páginas y diccionarios, de pensamientos vivos que, si los pinchas, sangran. Con esos pensamientos escribo para que mis palabras lleguen a destino y cumplan su misión. Esas palabras llegarán a ti y te susurrarán los secretos de mi cocina, las oirás respirar, las verás como caminan, como crecen, como se aposentan en tu corazón o en tu cabeza, o en ambos sitios, como te hacen soñar con su peculiar destreza, te insuflarán el amor y el cariño, sentirás todo el mimo que les he dado, volverás a ser un niño cuando te acaricien al estar a tu lado. Cocinando las palabras para ti me encuentro y que adquieran el mejor sabor o, por lo menos, eso intento.
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