martes, 23 de enero de 2024

Entre las tempestades

Vivo. Voy dando tumbos. Aquí solo hay silencio cuando hay mucho ruido. Agitada la gente en el tiempo convulso, tiemblan los pensamientos y no asienta ninguno. La prisa es un virus que se desperdiga por el mundo. Entre las tempestades me planto, observo y medito. Todo tiene que ser compartido: el dolor, la alegría y nuestro cuerpo un ratito. Voy calado hasta los huesos en este tiempo convulso, trabajo entre rayos y truenos, vivo en un barrio con olas de cien metros, pero sigo soñando, sobre todo despierto. Sintiendo amor afectuoso con mis amigos sinceros, cooperando con el prójimo, compartiendo mi talento. Se trata de un sueño lento, pero poderoso, porque, poco a poco, el mundo va cambiando por dentro. Todavía no lo percibimos, pero estos pequeños cambios, auguran un futuro glorioso. Entre las tempestades tropiezo, me levanto y sonrío, tropiezo de nuevo como si fuera un crío. Una mano amiga me levanta y todo mi mal se espanta. No todo es posible pero, con amor, las cosas cambian. Hoy las tempestades brillan con el esplendor de mi alma.

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