Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
martes, 2 de enero de 2024
Palabras que salvan el alma
En medio del tráfico diario, la ciudad chilla alborotada, la mayoría ha sucumbido a la droga de la prisa, al embrujo metálico, al no parar, a un producir constante que no lleva a ninguna parte. Hechizados por cualquier cosa, no hay que perder ni un segundo, los competidores están al acecho en la selva del éxito. La gente está agotada, pero sigue corriendo. Cada día se duerme menos, no hay descanso verdadero, no hay concentración, se pierde el hilo, las mentes son pulgas saltarinas, la atención muere a los pocos segundos. Todo se quiere al momento y, si no puede ser, ser rechaza deprisa. La masa se mueve como un organismo vivo. Algo me incita a parar. A contracorriente, como un salmón embravecido, me quedo quieto delante de un mendigo. Sé tú mismo, me dice. Enseguida me doy cuenta de que es más rico de lo que parece: es un sabio, tal vez un ombligo, el ombligo de la ciudad en que vivo. Sé tú mismo, me repito. Y mi alma resquebrajada empieza a recomponerse, vuelve a funcionar el mecanismo. Mi mundo se ha detenido, nada me estorba. La prisa que me agobiaba agoniza en el camino. Ser uno mismo es el destino. Descubrirse, desprenderse de lo banal, acariciar la esencia principal, amar con la calma de la eternidad.
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