sábado, 26 de octubre de 2024

Correspondencia

Envías una carta, alguien te contesta, y comienza la correspondencia. Es un acto de amor. Con un amigo hemos comenzado a escribirnos cartas. Llegó primero la mía, aunque eso no tiene importancia. Hoy ha llegado la suya que con mucha ilusión esperaba. Me dijo, me adelantó con un mensaje digital, que su carta abordaría todos los sentidos: tacto, olfato, gusto, vista y oído. Y así ha sido, una experiencia maravillosa, un juego de niños, una aventura en la vida diaria, una carta que ha llenado de ilusión toda mi casa y también mi alma. La correspondencia está por todas partes y es muy necesaria, y no sólo con las cartas. Es una energía que vuelve, lo que algunos llaman karma, aunque a mí no me guste mucho esa palabra ni cómo la usa mucha gente con cierto sentido de venganza. Por eso prefiero lo de energía que vuelve, como cuando das amor y no lo comprenden y luego, más tarde, tú lo recibes de otra gente que no esperabas. La correspondencia es una vía de transmisión vital. Haces bien tu trabajo y el universo te lo agradece. Te esfuerzas en tus creaciones que otros alaban. Aprecias el trabajo de otros, lo disfrutas, ocurren sinergias inesperadas y, como hoy, llega una carta que te salva, que te insufla la alegría que otros te robaban. Y comprendes que así es la vida, una suerte de correspondencias que se entrelazan, que te construyen, que forman la historia que te une a otros seres a los que amas.

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