jueves, 17 de octubre de 2024

Desde aquí

Desde esta soledad abarrotada de pensamientos que buscan conocer al ser que habito, oigo un grito, el del silencio, pero no me asusto porque te tengo a mi lado, en cada pensamiento está tu rostro sonriendo acompañándome. Me he acostumbrado tanto a ti por eso. No importa que no nos veamos o que no hablemos porque yo te veo constantemente como si estuvieras en una estancia contigua a la mía y, a la vez, fuera la misma. Yo sigo con mi vida o con mi muerte, pues muchas veces no sé si vivo o no, pero no me importa porque puedo verte. Y si digo tu nombre tu cara se gira hacia mí, y si estoy triste tu mano se posa en mi hombro y, cuando no puedo dormir, te tumbas a mi lado y me abrazas hasta que lo consigo. Desde aquí te digo que, lo quieras o no, lo creas o no, estoy siempre contigo. Eres mi mejor amigo, me acompañas despierto y dormido, en mis paseos solitarios, en mis lecturas diarias, en cada momento que escribo. Desde aquí puedo decirte que todo es distinto después de haberte conocido. Leo con tu aliento en mi ombligo, sueño con el brillo de tu mirada como testigo, escribo con la compañía de tu alma y existo entrelazado a tu espíritu. Desde aquí puedo decir que no soy el mismo: a veces soy tú, otras yo, pero a mí me parece lo mismo.

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