viernes, 4 de octubre de 2024

Las repeticiones

Somos amantes de las repeticiones. Incluso de los errores repetidos. No tropezamos dos veces con la misma piedra sino millones de veces y, además, queriendo. Muchos dirán que eso no es cierto, pero fijaos en el dolor del pasado que lo vamos repitiendo cada vez que lo recordamos y entonces lo transformamos en normalidad, en costumbre, en una forma de vida. De mala vida, claro. Si vamos al gimnasio haremos múltiples repeticiones para tener un cuerpo diferente al que tenemos ahora. Si vamos a trabajar casi todos los días haremos lo mismo en la mayoría de trabajos y no sabremos distinguir los días porque están repetidos. Nuestras aficiones, también repeticiones. El sexo, repetido, una y mil veces, o puede que no tantas, que solo repitamos los comentarios de cuando lo tuvimos. El mundo está lleno de repeticiones, todos los días comiendo y cagando, repitiendo acciones y conversaciones, repitiendo saludos y despedidas, inspirar y espirar, dormir y despertar. Pero también hay matices y actitudes, detalles que todo lo cambian. E introducimos el amor en nuestras vidas y se transforma la sintonía, cambia el color, llega la alegría. Un día, decides crear un mundo, llenarlo de arte, invitar a tus amigos y los ayudas a infiltrarse. Y lo que antaño eran repeticones ahora son misterios, por descubrir o insondables, la aventura llega a la rutina y lo aburrido ahora fascina. La seriedad pasada se trocó en sonrisa amada y, aunque sigamos repitiendo, hemos vuelto a sentir la profundidad e intensidad de vivir, de compartir, de cooperar, de crear y de amar y, cada acto, en pequeñas dosis, contiene la vida plena, observamos los detalles magníficos, donde antes no veíamos nada aparecen ahora nuevos seres, nuevas luces y colores en los atardeceres y, las repeticiones, son un cúmulo de fantásticas realidades que vivimos como ilusiones desmedidas que nos regala la vida.

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