viernes, 11 de octubre de 2024

Pregunté al viento

Dónde está el dolor del pasado que muchas veces recuerdo, pregunté al viento. Dónde está ese futuro creado en mis ilusiones que nunca llega, pregunté al viento. Durante un rato mantuvo silencio, pero esperé. Fui paciente, quería respuestas. Y el viento vino y me aclaró las ideas. Primero soplo fuerte y disipó mis recuerdos. Aturdido por su fuerza me sujeté a un árbol. Luego sopló con tal delicadeza que sentí sus caricias como las sigo sintiendo ahora. Y comencé a entender su lenguaje. El pasado se ha ido, el futuro no está y todo, en realidad, ha sido y será presente. Ahora paseo con el viento de la mano, con los botones de la camisa desabrochados, para sentir sus caricias en mi piel, pues así es como le escucho mientras él me está hablando. Y en volandas me lleva por la vida que él me ha cambiado. Ya no hay recuerdos dolorosos ni ansiedades futuras, sólo una brisa dulce que me calma y me llena de paz y, tumbado, me dejo acariciar con toda naturalidad. Cierro los ojos y me dedico a escuchar. Y el regalo de la vida lo aprovecho en este meditar armonioso donde adquiero este placer poderoso que es el mágico reposo de mi alma en una nube que el viento balancea con su soplo.

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