jueves, 24 de octubre de 2024

Te presto mis ojos

Cuando estés triste te prestó mis ojos para que veas lo que yo veo en ti, para que veas el mundo que yo veo y la felicidad que siento al mirarte. El amor que no ves en ninguna parte está en tu interior y la ternura, tapada por tu actual resquemor, reside en tu maravilloso ser que, no sé por qué, insiste en esconder. Pero hay momentos en los que esa ternura se transforma en una planta que, a través del cemento y el asfalto que la tapa y la tapona, se abre camino con la increíble fortaleza de su aparente debilidad, como el agua que, gota a gota, erosiona una roca, la esculpe, le da forma, y el amor que no veías ves ahora con mis ojos y se queda en tu memoria, para que cuando me los devuelvas, puedas recordar y ver con tus propios ojos el amor que te quiero dar, que te estoy dando ya y tal vez aún no lo percibes en su totalidad, pues tu estado de ánimo está manipulado por el sistema anquilosado que nos vuelve unos muñecos de trapo, supeditados a lo material, al dinero, a la vida mundana del capital que es una estafa más, que nos nubla y no nos deja ver el verdadero mundo de la amistad, del amor, de todo lo que va a hacer que nuestro ser sea mejor. Te presto mis ojos para que compruebes todas tus maravillas y descubras todo tu valor y así, si algún día necesito tener otra visión, si entristezco y me inunda el dolor, puedas prestarme tus ojos tal como ahora lo hago yo.

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