Cualquier cosa puede ser interesante, eso depende de cada uno. Y en un acto de humildad en el que apenas me reconozco, bajaré un escalón más, y adoptaré todo aquello que me suene interesante, para moldearlo con mi intelecto, transmitirlo con mis dedos en pleno tecleteo, donde un sonido maquinal se transforma en fenomenal, y ahí es donde lo interesante empieza a sonar, y la música de la comunicación fluye y se expande, generando un baile vital del que todos formamos parte.
domingo, 10 de marzo de 2024
La nave sintiente
Estoy en el interior de mi cerebro a los mandos de la nave sintiente, a los mandos de mi cuerpo. No puedo asegurar que siempre tenga el control o que siempre pueda dirigir esos mandos a mi antojo. A veces la nave sintiente actúa por libre y, más tarde, no puedo hacer otra cosa que alegrarme o arrepentirme; casi siempre suele ser lo último. A veces digo, voy a escribir, y dirijo mi mano hacia un bolígrafo. Otra veces no digo nada y mi mano se va a la entrepierna, como buscando consuelo, o tal vez, algo de calor. Después vuelvo a tomar el control y la retiro, podría haber extraños mirando y, la nave sintiente, se recalentaría a la altura de la cara, y aparecería cierto arrebol de vergüenza que me descoloca bastante y paraliza los mandos durante unos segundos. Pero cuando verdaderamente los mandos van por libre es cuando la nave sintiente se enamora. Se dirige a sitios insospechados, hace cosas no habituales, huele flores más de lo habitual y esboza una sonrisa permanente que, muchas veces, desconcierta a la alteridad. Pero lo peor de todo es el beso enamorado. Todo se mueve aceleradamente, pierdes el control de la nave, resbalas y caes, llegas a un tobogán húmedo que se está entrelazando a otro tobogán, lenguas que se enroscan durante minutos y, cuando vuelves a tener el control, cuando tienes otra vez acceso a los mandos, adviertes que estás en otra nave, en la nave equivocada, en la nave que enamora a tu nave enamorada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario