lunes, 11 de marzo de 2024

Mundo de muertos que respiran

Es extraño el mundo que habito, un nuevo mundo de muertos que respiran. Antes estuve en un mundo de vivos que no vivían, de gente manipulada que sólo comía rutina. Empecé hablando con retratos de muertos que seguían respirando, que escuchaban y contestaban susurrando. Después fueron libros, bibliotecas enteras de muertos que respiran sigo frecuentando. Ahora los sueños que habito me mantienen en contacto. Pero ¿qué es estar muerto o vivo, acaso no es lo mismo? Hay filósofos que llevan siglos muertos y siguen hablando conmigo y vecinos vivos que nunca he visto. Hay personas que veo a diario y son sólo parte de un decorado. Hay personas que nunca he visto y siempre están a mi lado. Es extraño el mundo que habito, donde la eternidad puede ser un ratito, un instante que no termina, que perdura en el recuerdo, que cambia con la vida. Ser eterno es olvidarse de todo menos de un único verso, nuestro tesoro, que repetimos para mantenernos con vida, para no olvidar la alegría de ese instante que no termina. Puede que lleve siglos muerto y ahora haya alguien repitiendo mi vida con ese único verso eterno, fugaz, que todos los demás olvidan.

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