jueves, 14 de marzo de 2024

Lo absurdo

Siempre hemos creído, o más bien nos han hecho creer, como la mayoría de veces, que el absurdo de la vida, el hecho de que no haya un sentido a pesar de que nos esforcemos en buscarlo, puede llegar a ser algo deprimente. Pero si lo piensas bien es totalmente al contrario. La falta de sentido nos hace buscar a cada uno nuestro sentido particular y, muchas veces, el verdadero sentido es no buscar ninguno, simplemente vivir. ¿Y cómo vivir? Yo lo tengo claro: amando. Porque amar no tiene sentido, es el sinsentido que le da sentido a la vida. Uno puede amar algo sin haberlo visto físicamente, como los dioses; sin conocerlo personalmente, como a los ídolos. Y a mí me ocurre lo mismo con muchos amigos. No los he visto físicamente sino a través de una pantalla y tampoco los conozco personalmente sino a través de textos, audiciones e imágenes. Este hecho insólito a la par que absurdo me incita a amarlos. He adquirido una habilidad con el tiempo que me deja ver más allá de lo superficial. Digitalmente podemos mostrar una cara amable, un mundo idílico, pero siempre hay ciertos detalles que nos delatan: una mirada, un gesto, cierta repetición de tal o cual actitud, la persistencia en algo, los temas que tratamos, de qué hablamos, qué mostramos y, por tanto, qué ocultamos. Enseguida puedo ver quién se muestra como realmente es, quién utiliza perfumes digitales, quién se barniza, quién oculta qué y, a veces, hasta por qué. Y todo esto sólo me sirve para conocerme a mí mismo, para saber a dónde voy, con quién quiero ir y encontrar el sentido que tanto buscaba.

No hay comentarios: