lunes, 4 de marzo de 2024

La siesta

De vez en cuando celebro el ritual de la siesta. Dos bostezos, me quito las gafas con las manos y los zapatos con los pies. Aliso la cama deshecha y me tumbo boca arriba vestido. Me tapo con mi manta de colores y cierro los ojos. Mis manos frías comienzan a recibir el calor de la manta, el calor del amante, tu calor. Noto el peso de tu cuerpo sobre mí como si fuera una pluma de amor. Sé que mis labios sonríen porque así lo estoy imaginando. Apenas me muevo pero estoy volando. Tus labios buscan mi boca. No sé cuánto tiempo ha pasado. Me despierto con tu sabor en mis labios húmedos, con los mofletes colorados y calientes, con cierto sofoco placentero, embriagado de ti. Me quito la manta despacio y, a pesar de la ropa, me siento desnudo. Hace un rato que tengo los ojos abiertos pero sigo al lado tuyo.

No hay comentarios: